Desde mi ventana, aunque no
es muy tarde, veo un cielo negro y nublado, como si ya fuese medianoche. Veo
varios edificios, con las ventanas iluminadas; entre ellos, una plaza
completamente desierta, y en gran parte mojada por las lluvias de esta tarde.
La acera está tan húmeda
como la plaza, bajo las farolas de luz anaranjada. Los coches parecen ir más
rápido de lo normal, como si tuvieran prisa por ir a algún sitio.
Se ve a un hombre que ha vuelto de trabajar hace cinco minutos, pero que igualmente, decide bajar a sus dos perros a pasear…
Un poco más allá una mujer da instrucciones a una chica que se ha perdido. Poco después, aparece una anciana con su nieto de dos años en brazos, el niño había tenido un día agotador…
Se ve a un hombre que ha vuelto de trabajar hace cinco minutos, pero que igualmente, decide bajar a sus dos perros a pasear…
Un poco más allá una mujer da instrucciones a una chica que se ha perdido. Poco después, aparece una anciana con su nieto de dos años en brazos, el niño había tenido un día agotador…
Al final de la calle, veo un
matrimonio, simplemente paseando, intentando olvidar que al día siguiente es lunes.
Todas estas cosas, toda esta
gente, todas estas vidas, esto es lo que veo desde mi ventana.
Gloria Frazâo
No hay comentarios:
Publicar un comentario