Desde mi ventana a lo lejos veo
unas montañas con una blanca y fría nieve en sus cimas de las que nace un rio
muy hondo y caudaloso que casi siempre suele estar lleno de peces.
Al cruzar el rio se pueden
observar grandes árboles y caminos de arena en los que hay verdes plantas con
distintos tipos de flores y hojas.
Si acercas más la mirada
puedes contemplar unas pequeñas casas de color naranja y verde donde viven unos
mineros muy trabajadores que siempre te saludan cuando te ven aunque no te
conozcan.
Echando la vista al raso de
mi ventana hay un parque con diferentes columpios y un suelo de goma donde
juegan los niños más pequeños que con sus gritos y risas
alegran la vida a cualquiera que los
escucha.
Elena
Inbrea
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