Desde mi ventana puedo ver a mis vecinos trabajando en la huerta, otros que cambian de lugar a sus animales.
A veces, la Ertzaintza llega y corta la carretera para dejar que
las ovejas crucen de un campo a otro....depende del tiempo que vaya a hacer las
suben o bajan de una campa a otra.
Tenemos un río pequeño, río Arratia , en él hay unos
cuantos patos ruidosos, menos cuando
están callados y se puede escuchar el susurro del río, sonido tan relajante.
Más lejos veo un convento,
éste permanece cerrado hace muchos años.
Antes se podía ver a monjas
de clausura trabajar en la huerta , creando unos jardines multicolores, de
múltiples flores cuando era la primavera, colgar la ropa, pasear por el jardín,
etc.
Si miro a ambos lados desde mi ventana, hay dos hostales:
“Vizcaya” y “El Arratiano”; en éstos se paran tanto chóferes como gente de paso que se quedan a comer o a
descansar, pare seguir su camino después.
La gente del pueblo se acerca a ellos
a tomarse con gusto un café.
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