Desde
la ventana del tren, que hice
un viaje a la
playa de Zarauz, vi un paisaje precioso. Paraba en todas las estaciones de los pueblos, donde bajaba
y subía la gente. En la playa
bajo medio tren. Llegué a la playa; hacía un día caluroso y muy poca
brisa. Me bronceé y disfrute de
las olas, y las gaviotas
que volaban alrededor de las olas
y tomé el sol toda la
tarde.
Y de vuelta
a casa, me encontré
con una amiga
que hacía años
que no la veía. Me hizo mucha
ilusión y fue un
día inolvidable. Y con ganas de
volver a hacer el mismo
viaje.
Mari José
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