Lo que veo desde mi ventana es: La
pasividad e inoperancia de los gobernantes europeos, ante el drama que
viven los refugiados del Oriente Medio.
Día
tras día, me horrorizan las noticias de
naufragios en el Mediterráneo o en el
Egeo, que incrementan el número de
víctimas intentando salir del horror de la guerra.
Una madre desgarrada por el dolor de haber
perdido toda la familia, es la última imagen que guardo en mi retina.
¿Cómo parar la sangría, vergüenza del mundo
entero?
A ella y en memoria de todos los emigrantes que perdieron la vida en
la travesía, y a los hombres y mujeres
que ayudan al llegar a puerto a los supervivientes, quiero dedicar este poema.
Frente a las costas
de Libia, ha naufragado un pesquero,
Iba lleno de
emigrantes, en busca de un mundo nuevo,
una vida en
libertad, y un futuro halagüeño.
Huyen de miseria y
guerras, persecuciones sin freno,
¿cómo parar la
sangría, vergüenza del mundo entero?
Ochocientos
emigrantes, hacen un viaje postrero,
se los ha tragado
el mar, sin poder cumplir su sueño,
una vida en
libertad, sin presiones y sin miedos,
¿cómo parar la
sangría, vergüenza del mundo entero?
Pilar Monreal
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