lunes, 18 de abril de 2016

LA VENTANA DE MI COCINA

Yo tengo tres visitas al día desde mi ventana de la cocina.
Una es a primera hora, sobre las ocho y cuarto de la mañana con el cafelito y el cigarrillo. Ahí puedo apreciar cómo espera la gente en la parada del autobús, de cómo se mueven y sus actitudes, si fuman, si miran al móvil; sus posturas me llaman bastante la atención. Y puedo apreciar, mirando hacia el cielo, el tiempo que, más o menos, puede venir a lo largo del día.
La segunda visita es después de comer, también con el cigarrillo y el café. Me suelo fijar en los escaparates de los comercios que tengo justo delante, como una zapatería, una óptica, más un par de bares que están al lado de los locales.
La tercera visita a mi ventana es antes de acostarme con un cigarrillo y una infusión. Ahí miro mucho al cielo y pienso en mi madre. Viendo las estrellas y acordándome de mi madre, hago una visión de todo el cielo.
                                                                                                    
                                                                                                     Ángel

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