martes, 29 de marzo de 2016

Naturaleza agredida



Mirando desde mi ventana, puedo ver en la parte superior del paisaje, una montaña que esta partida en dos por las obras del tren de alta velocidad.

En la falda de la montaña, observo, como con el paso de los años cada vez van poblándola más con pabellones y empresas. Rompiendo el paisaje natural y el medio ambiente del pueblo.

Al pie del polígono, veo un rio con tantas curvas, que de lejos parece una gran serpiente reptando por la ladera. El agua tranquila desciende hasta los pies de una carretera fría y apartada.

Pasan muy pocos coches por dicha carretera, pero los que pasan son muy variados; grandes, pequeños, largos, cortos, altos, bajos… y de muchos colores.

Se aprecian unas marcas en el suelo de una frenada brusca de algún vehículo, son tan negras como el carbón. Dichas marcas se dirigen hasta un quitamiedos que esta desplazado un par de metros de su sitio original. Doy por hecho que el propietario del vehículo que impacto se pasó una larga temporada en el hospital.

Iñaki Hernández

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